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Holmes, Watson y la señorita Hunter encuentran la habitación de la señorita Alice vacía; Rucastle cree que el trío ha ayudado a su hija a escapar y va a buscar al mastín. Desafortunadamente para Rucastle, el gran perro ha estado sin comer más tiempo de lo habitual y, en cambio, ataca a Rucastle. Watson dispara al perro con su revólver. Más tarde, la señora Toller confirma la teoría de Holmes sobre la hija de Rucastle y revela que cuando Alice cumplió la mayoría de edad tenía que recibir una anualidad de la voluntad de su difunta madre; Rucastle trató de obligar a su hija a que le firmara el control de la herencia, lo que provocó que Alice se enfermara de fiebre cerebral, de ahí el pelo cortado. Rucastle luego trató de mantener a Alice alejada de su novio encerrándola en el ala misteriosa y contratando a la señorita Hunter para que se hiciera pasar por Alicia sin saberlo.
 
Holmes, Watson y la señorita Hunter encuentran la habitación de la señorita Alice vacía; Rucastle cree que el trío ha ayudado a su hija a escapar y va a buscar al mastín. Desafortunadamente para Rucastle, el gran perro ha estado sin comer más tiempo de lo habitual y, en cambio, ataca a Rucastle. Watson dispara al perro con su revólver. Más tarde, la señora Toller confirma la teoría de Holmes sobre la hija de Rucastle y revela que cuando Alice cumplió la mayoría de edad tenía que recibir una anualidad de la voluntad de su difunta madre; Rucastle trató de obligar a su hija a que le firmara el control de la herencia, lo que provocó que Alice se enfermara de fiebre cerebral, de ahí el pelo cortado. Rucastle luego trató de mantener a Alice alejada de su novio encerrándola en el ala misteriosa y contratando a la señorita Hunter para que se hiciera pasar por Alicia sin saberlo.
   
La hija de Rucastle se escapa con su prometido, y se casan poco después. Watson señala, al final de la historia, que Holmes parece haber sido atraído por la señorita Hunter. Sin embargo, para su decepción, Holmes muestra ningún interés por ella después de que se haya resuelto el misterio, que era la verdadera fuerza detrás de sus sentimientos. Rucastle se convierte en un inválido, se mantiene vivo únicamente por el cuidado determinado y continuo de su segunda esposa. La señorita Hunter mantiene una escuela de niñas.
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La hija de Rucastle se escapa con su prometido, y se casan poco después. Watson señala, al final de la historia, que Holmes no parece haber sido atraído por la señorita Hunter. Sin embargo, para su decepción, Holmes muestra ningún interés por ella después de que se haya resuelto el misterio, que era la verdadera fuerza detrás de sus sentimientos. Rucastle se convierte en un inválido, se mantiene vivo únicamente por el cuidado determinado y continuo de su segunda esposa. La señorita Hunter mantiene una escuela de niñas.
   
 
== Adaptaciones ==
 
== Adaptaciones ==

Revisión del 14:15 17 jun 2020

El misterio de Copper Beeches (a veces traducida como Las hayas cobrizas) es una de las historias cortas del personaje Sherlock Holmes. Fue escrita por Sir Arthur Conan Doyle y publicada dentro de la colección Las aventuras de Sherlock Holmes.

Argumento

Violet Hunter le pregunta a Sherlock Holmes si debe aceptar un trabajo como institutriz con unas condiciones muy extrañas. Ella se siente atraída por el salario que se le ofreció originalmente, de 100 libras por año. La oferta subió a 120 libras cuando Miss Hunter se opuso a tener que cortarse el pelo, lo cual es una de las muchas condiciones peculiares con las que debe estar de acuerdo. El empleador, Jephro Rucastle, parece bastante agradable, pero la señorita Hunter obviamente tiene sus sospechas.

Después de la oferta de salario alto, ella le anuncia a Holmes que asumirá el cargo, y Holmes sugiere que si lo necesita, un telegrama lo llevará a Hampshire, donde se encuentra la finca del señor Rucastle, Copper Beeches.

En aproximadamente quince días, Holmes recibe un mensaje de este tipo, suplicándole que venga a verla a Winchester. Una vez que Holmes y el doctor Watson llegan, la señorita Hunter les cuenta una de las historias más singulares que jamás hayan escuchado. El señor Rucastle a veces pide a la señorita Hunter que use un vestido azul eléctrico y se siente en la sala de lectura de espaldas a la ventana delantera. Comenzó a sospechar que no debía ver algo de la calle, y un pequeño espejo escondido en su pañuelo demostró que tenía razón: había un hombre parado en la carretera mirando hacia la casa.

En otra sesión similar, el señor Rucastle contó una serie de historias divertidas que hicieron reír a la señorita Hunter hasta que estuvo bastante cansada. Lo único sorprendente de esto es que la señora Rucastle no solo no se rió, sino que tampoco sonrió.

Había otras cosas desagradables sobre la casa. La niña de seis años que se suponía que debía cuidar era sorprendentemente cruel con los animales pequeños. Los sirvientes, el señor y la señora Toller, eran una pareja bastante amarga. Un gran mastín vivía en la propiedad, en un estado perpetuo de hambre. Se dejaba que saliera a la calle por la noche y se le advirtió a la señorita Hunter que no cruzara el umbral al anochecer. Además, Toller, que estaba bastante borracho, era el único que tenía alguna influencia sobre este bruto.

También hubo un extraño descubrimiento por parte de la señorita Hunter: sus propias trenzas en un cajón cerrado. Sin embargo, al revisar su equipaje, resultaron ser de otra mujer, pero idénticas en todos los aspectos a las de la señorita Hunter, incluso al color inusual.

Sin embargo, lo más desagradable de todo sobre la casa era el ala misteriosa. La señorita Hunter había observado que había una parte de la casa que no parecía ser utilizada. Las ventanas estaban sucias o cerradas, y una vez que vio al señor Rucastle saliendo por la puerta que daba al ala, parecía perturbado. Más tarde, explicó que usó las habitaciones para su hobby fotográfico, pero la señorita Hunter no estaba convencida.

Ella se coló en el ala una noche, y tuvo una experiencia verdaderamente aterradora allí. Pensó que vio a alguien. Saliendo de la habitación, se encontró con las garras del señor Rucastle. Parecía convencido de que ella no había visto nada del prisionero en el ala prohibida. También amenazó con arrojarla al mastín si alguna vez volvía al ala.

A Holmes le parece claro que la señorita Hunter ha sido contratada para hacerse pasar por una persona que se parece mucho a ella, y cree que es probablemente la hija de Rucastle en su primer matrimonio, Alice. La historia ha sido que ella se mudó a Filadelfia. Holmes además supone que el hombre que mira la casa es probable que sea el amante de Alice, o tal vez incluso su prometido. El propósito de contratar a la señorita Hunter parece claro: ella debe convencer al hombre que observa desde el camino que Alice ya no está interesada en verlo.

Holmes, Watson y la señorita Hunter encuentran la habitación de la señorita Alice vacía; Rucastle cree que el trío ha ayudado a su hija a escapar y va a buscar al mastín. Desafortunadamente para Rucastle, el gran perro ha estado sin comer más tiempo de lo habitual y, en cambio, ataca a Rucastle. Watson dispara al perro con su revólver. Más tarde, la señora Toller confirma la teoría de Holmes sobre la hija de Rucastle y revela que cuando Alice cumplió la mayoría de edad tenía que recibir una anualidad de la voluntad de su difunta madre; Rucastle trató de obligar a su hija a que le firmara el control de la herencia, lo que provocó que Alice se enfermara de fiebre cerebral, de ahí el pelo cortado. Rucastle luego trató de mantener a Alice alejada de su novio encerrándola en el ala misteriosa y contratando a la señorita Hunter para que se hiciera pasar por Alicia sin saberlo.

La hija de Rucastle se escapa con su prometido, y se casan poco después. Watson señala, al final de la historia, que Holmes no parece haber sido atraído por la señorita Hunter. Sin embargo, para su decepción, Holmes muestra ningún interés por ella después de que se haya resuelto el misterio, que era la verdadera fuerza detrás de sus sentimientos. Rucastle se convierte en un inválido, se mantiene vivo únicamente por el cuidado determinado y continuo de su segunda esposa. La señorita Hunter mantiene una escuela de niñas.

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